La Bioneuroemoción es el arte de acompañar a la persona a encontrar la emoción oculta, esencial (el resentir) asociada al síntoma que hay (la enfermedad) para descodificarla y así favorecer la curación mediante la liberación de la emoción que hay en el inconsciente y trascender dicha emoción transformándola. Enric Corbera

¿ PARA QUÉ MI BIOLOGÍA SE EXPRESA DE ESA MANERA?

Juana María Martínez Camacho

FORMACIÓN EN BIONEUROEMOCIÓN: acompañante en Bioneuroemoción.

Diplomada:

CP-1 Bases de Biodescodificación por la aeBNE (Asociación Española de Bioneuroemoción)

CP-2 PNL (Programación Neurolinguistica) e Hipnosis Ericksoniana aplicadas a la Biodescodificación (Bioneuroemoción).

CP-3 Formaciones Específicas en Biodescodificación (Bioneuroemoción)

tel. 653-936-074

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Av. Sudamérica 7 (junto a Plaza Los Libertadores)

Roquetas de Mar- Almería- España

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jueves, 31 de octubre de 2013

La inteligencia de las células


   Debajo de tu piel existe una bulliciosa metrópolis de 50 billones de células, cada una biológicamente y funcionalmente equivalente a un humano en miniatura.
   La opinión popular actual sostiene que el destino y la conducta de nuestras células, es preprogramada por los genes.
  La idea de que nuestro destino está inscrito en nuestros genes es un derivado del concepto científico conocido como “determinismo genético”. Desde que Watson y Crick descubrieron el código genético, existe la creencia convencional de que el ADN “controla” los atributos pasados a través de la herencia familiar, incluyendo enfermedades disfuncionales como el cáncer, Alzheimer, diabetes y depresión entre muchas otras. Como “víctimas” de la herencia, nos percibimos sin tener “poder” en relación a lo que nos pasa en nuestras vidas. “. Enfermamos y pensamos, Como es hereditario, no puedo hacer nada sobre esto.

   La versión convencional de herencia que todavía se enseña en las escuelas, enfatiza el control genético, o “control por genes”. Sin embargo, los nuevos mecanismos revelados del control genético proveen una visión profundamente diferente de cómo se maneja la vida.
   La nueva ciencia de epigenética reconoce que las señales del medio ambiente son los reguladores primarios de la actividad de los genes.
   La epigenética esta demostrando que el genoma no representa al equivalente de una computadora con programas que se pueden “leer solamente”. Los mecanismos de la epigenética modifican la lectura del código genético lo que significa que los genes en realidad representan programas que se pueden “leer-escribir”, en donde las experiencias de la vida redefinen activamente la expresión genética de un individuo.

  ¡La “nueva” biología está basada en el hecho de que la percepción controla el comportamiento y la actividad del gen!
Esta versión revisada de la ciencia, enfatiza la realidad de que nosotros controlamos activamente nuestra expresión genética momento a momento a través de nuestras vidas.
  En lugar de vernos como víctimas de nuestros genes, debemos asumir la responsabilidad de que nuestras percepciones están moldeando diariamente nuestra biología y comportamiento.

  La mente consciente de sí misma proporciona solamente alrededor de un 5 por ciento de la actividad cognitiva. Consecuentemente, el 95 por ciento de nuestras decisiones, acciones, emociones y conductas son derivadas del procesamiento de la mente subconsciente.
   Esta información revela que nuestras vidas no están controladas por nuestras intenciones y deseos personales como solíamos creer. ¡Haz la cuenta! Nuestro destino está bajo el control de las experiencias pre-programadas manejadas por la mente subconsciente.

   Los programas más poderosos y de mayor influencia en la mente subconsciente se originan durante el periodo formativo entre la gestación y los 6 años de edad.
   Durante este tiempo el cerebro del niño está grabando todas las experiencias sensoriales además de estar aprendiendo complejos programas motores para hablar, y para aprender primero cómo gatear, luego a ponerse en pie, y finalmente a correr y saltar. Simultáneamente, la mente subconsciente adquiere percepciones relacionadas a los padres, quiénes son ellos y qué hacen. Luego, observando los patrones de conducta de la gente de su medio ambiente inmediato, el niño aprende a percibir conductas sociales aceptables e inaceptables que se convierten en los programas subconscientes que establecen las “reglas” de vida.
   Y aquí está el problema -estos programas subconscientes que dan forma a nuestras vidas han sido grabados directamente a partir de la observación de nuestros primeros maestros: nuestros padres, parientes, miembros de la comunidad, muchas de las percepciones adquiridas sobre nosotros mismos en este período son expresadas como creencias limitadoras y auto saboteadoras.
   Vamos a aplicar este concepto en un comportamiento de la vida real: imagínate que eres un niño de 5 años haciendo un berrinche generado por el deseo de tener un juguete en particular. Tratando de parar la situación, tu padre te grita, “No te mereces nada.” Ahora eres un adulto y en tu mente consciente de sí misma estas considerando la idea de que tienes las cualidades y el poder para asumir una posición de liderazgo en tu trabajo. Mientras estás teniendo esta idea positiva en la mente consciente de sí misma, todos tus comportamientos están manejados automáticamente por los programas que están en la poderosa mente subconsciente.

   Como tus programas fundamentales de conducta son aquellos derivados de tus años de formación, la advertencia de tu padre que dice que “tú no mereces nada” se puede convertir en la directiva automática de tu mente subconsciente. Así que mientras tienes pensamientos maravillosos de un futuro positivo y no estás prestando atención, tu mente subconsciente automáticamente se dedica a crear una conducta auto saboteadora para asegurar que tu realidad coincida con tu programa de “no merecer.”
   Consecuentemente, cuando la vida no funciona como fue planeada, raramente reconocemos que nosotros hemos contribuido a nuestras propias decepciones.    Como generalmente no estamos conscientes de la influencia de nuestras propias conductas subconscientes, naturalmente nos percibimos como víctimas de fuerzas externas, al asumir el papel de víctimas estamos aceptando que no tenemos el poder de manifestar nuestras intenciones.
¡Nada está más lejos de la verdad!

   Todos nosotros hemos sido encadenados emocionalmente debido a conductas disfuncionales programadas por las historias del pasado. Sin embargo, la próxima vez que estén “hablándose a sí mismos” con la esperanza de cambiar los programas subconscientes de sabotaje, es importante tomar en cuenta la siguiente información.
   Usar la razón para comunicarse con el subconsciente con el propósito de cambiar la conducta es el equivalente a tratar de cambiar el programa de un cassette hablándole al grabador. En ninguno de ambos casos existe una entidad dentro del mecanismo que responderá a nuestro diálogo.
   Los programas subconscientes no son conductas fijas e inalterables. Tenemos la habilidad de re-escribir nuestras creencias limitadoras y en el proceso, retomar el control de nuestras vidas. Sin embargo, cambiar programas subconscientes requiere la activación de un proceso que va más allá de un simple diálogo con la mente subconsciente.                                                        

                                                                                  Bruce Lipton

Qué hacer cuando aparece el síntoma?

  
Tendemos a rechazar el dolor, huir de él y a buscar el placer…solemos temer al dolor y nos resistimos a él, intentando a toda costa eliminarlo, o distrayéndonos para no sentirlo, no nos han educado a escuchar el cuerpo, es mas, muchas tradiciones espirituales hasta pretenden negarlo, no darle importancia, cuando es por medio de nuestro cuerpo que podemos acceder a los mensajes que el alma tiene para nosotros, el síntoma es una guía preciosa, valiosa de que es lo que “no anda bien” en nuestro interior, un mensaje que si no logramos descifrarlo, a veces va  a peor, originando un sin número de enfermedades ….

  Nuestro comportamiento reactivo, nunca resuelve el dolor, el malestar. Echamos a correr en la dirección opuesta, alejando nuestra atención de la zona en que experimentamos el dolor, hacemos todo lo que está a nuestro alcance para aniquilar nuestra conciencia de esta experiencia con pastillas, alcohol, etc. Intentamos resistirnos a la experiencia y reprimirla mediante algún tipo de control y de sedación.
  Pero este comportamiento reactivo, nunca resuelve el dolor, simplemente lo reprime y pospone para otro momento.
  Inevitablemente el dolor o malestar reaparecerán posteriormente y seguirán intentando captar nuestra atención, o aparecerán bajo otro aspecto en cualquier otro lugar.

  Podemos transformar  el dolor, podemos escuchar sus mensajes, podemos aprender a escucharnos y buscar la coherencia entre lo que pienso, siento y hago.

  A medida que crecemos y nos convertimos en adultos educados, “condicionados”, aprendemos a no escuchar, no le damos tiempo a nuestro organismo para que pueda procesar el dolor de una manera natural, al resistirnos al dolor o buscar erradicarlo sin más (lo cual no significa que no podamos tomar un medicamento, o alguna terapia para aliviarlo…), no le damos la oportunidad de transformarlo.
 El dolor es un síntoma, una sal de alerta acerca de un fenómeno más profundo.   Tenemos que tomar la decisión de enfrentarlo y escuchar lo que tiene para decir y ensarnos.

  Se trata de desaprender lo aprendido, de desandar lo andado, y aprender nuevas maneras de interactuar con el dolor, nuevas maneras de pensar, nuevos hábitos saludables, para recuperar la vivacidad, vitalidad, la salud. 


Ejercicio para aprender a estar presente en el dolor:

*  Busca una postura cómoda, puede ser sentado o tumbado, permítete sentir el dolor físico o  emocional que está presente en ti en este preciso momento.

*  Toma consciencia de tu diálogo interno, lo que te dice tu mente en este momento. Permite tus pensamientos, obsérvalos, no los juzgues, no los rechaces, observa cómo tu mente intenta evitar la incomodidad analizando, justificando, dándole un sentido.
Presta  atención a tu  cuerpo, a las  sensaciones que percibes en él y a las emociones, así como son, sin analizarlas.

*  Ubica  en qué parte del cuerpo sientes  la sensación, la emoción. Déja que suceda mientras observas los cambios que se van procesando en tu cuerpo, sólo permite y observa respirándolos, sin intentar controlar

*  Podrás sentir diferentes sensaciones, que van variando, emociones que se intensifican para luego calmarse, permítete ese sentir, sólo observando y dejándote fluir con el proceso, confía en la inteligencia natural de tu cuerpo, toma consciencia que no eres esas sensaciones, emociones, sentimientos, eres el que observa ese ir y venir, permitiendo que tu cuerpo procese….  

*  Esto puede durar de unos pocos minutos  a media hora o algo mas..
Pasado el proceso de entrar en contacto con tu cuerpo, tus emociones, etc. puedes descansar para integrar lo experimentado, puedes llevar un diario donde anotes las experiencias..  

 Para transformar el dolor  físico/emocional, se requiere presencia, atención y permitírselo. Así aprendemos a ser conscientes de los patrones de pensamiento, creencias profundas que alimentan los estados emocionales produciendo contracciones y dolores físicos.

Al estar presentes, mas rápido ocurre la transformación, mas información nos llega para poder autoconocernos y mas tomamos consciencia que somos mas que todos estos mecanismos que activan las emociones, vamos aprendiendo a salirnos de los condicionamientos, de la vergüenza, la autocondena, de los miedos…para conectar con lo que realmente somos, con nuestra esencia.

 Toma consciencia:
* ¿Quién es el que experimenta lo que está siendo experimentado?
Intenta no perder la atención a  las sensaciones del cuerpo, no tienes que cambiar nada, sólo observa….
Al hacerlo de esta manera, puedes utilizar la experiencia para conectar con la realidad, con tu Ser.