Definición: Aquellas
enfermedades que afectan a los niños y solo a los niños, o bien que tiene una
afectación distinta en niños que en adultos.
Técnico: Conflicto de
los padres.
Sentido biológico:
Los niños siempre resienten los conflictos de los padres, sean heredados o
no.
Conflicto: Los niños
son un espejo y una esponja. Sus conflictos son una réplica de los conflictos
que han heredado de las estructuras energéticas de su familia.
En “bio” decimos que los niños “resienten los
padres”. Hasta los 3 años el problema se considera heredado de la madre, el
niño y ella comparten una misma noción del ser.
Hasta los 6-7 años
decimos también que es la madre, aunque un conflicto del padre puede pasar al
niño siempre y cuando la madre lo resienta, y será el resentir de la madre y no
el del padre.
A partir de los 7
años se considera que se hace el paso a papá y este cobra importancia. Un niño
sano hasta los siete y enfermizo a partir de esa edad debemos prestar mucha
atención a los conflictos ocultos de papá.
Hasta los 13-14 (a
veces antes o a veces después depende de la madurez del niño) pueden resentir
tanto al padre como a la madre.
Pueden recibir
conflictos transgeneracionales desde muy corta edad, pero solo serán resentidos
con el consentimiento (consciente o no) de los padres.
Hay un día, un momento, que podría leerse que
la individualidad de la persona aflora. Un momento en el que el niño decide que
ya es autónomo. Eso suele suceder habitualmente no antes de los once y no
después de los quince, salvo extrañas excepciones. Lo que si suele suceder es
que un niño decide ser autónomo y luego por algo, se vuelve atrás, pero desde
el momento en que corta el cordón, ya es libre autónomo y se puede tratar con
él el conflicto.
Para ayudar en una
enfermedad a un niño debemos, como padres, compartir la responsabilidad
emocional y hablarle de ello, aunque sea muy pequeño y creamos que no nos oye.
Lo que no debemos
hacer en ningún caso es huir de nuestra responsabilidad con frases como “es su
elección vivir esta experiencia” porqué entre padres e hijos y hasta que el
hijo se vuelva autónomo las decisiones son conjuntas.
El niño ha decidido
vivir a partir de vuestra experiencia, pero eso no exime de responsabilidades.
Por otro lado, muchos
padres sanan o mejoran, incluso salvan la vida cuando sus hijos enferman.
Ejemplo: Un padre con innumerables problemas
le comentaba a un terapeuta. “Con todo lo que paso, y no me pongo nunca
enfermo.”
El terapeuta le
pregunta: “¿Tiene hijos?” A lo que responde el padre: “Si, uno, y él sí que
enferma, es el primero de la clase en coger la gripe, un resfriado, las paperas
o lo que sea.” “Claro, él te está prestando su sistema inmunitario. ¿Ya se lo
agradeces?”
Fuente:
Diccionario Bioemocional 2016